El epicureísmo me ha llamado
mucho la atención, sobre todo por su validez en el presente. La física atomista
basada en Demócrito encaja con la ciencia actual en la que el universo y su
origen, con el Big Bang, es
perfectamente explicable sin la intervención divina. El individualismo es
característico de la sociedad moderna occidental, sin defender un propósito
“elevado” del hombre. También lo es la política, completamente ajena a los
ciudadanos de los que sólo se espera que paguen sus impuestos y voten cada 4
años, mientras los políticos profesionales (suele ser un eufemismo para decir
que no han trabajado en su vida en el mundo real, fuera del partido) hacen y
deshacen a su antojo. Mal que nos pese.
Sin embargo observándola en
detalle no es difícil encontrar una serie de incoherencias internas,
incongruencias con la vida del propio Epicuro o incluso racionalizaciones más o
menos intencionadas. A continuación detallaré las que me han parecido más
evidentes:
- Epicuro invita a filosofar
a todo el mundo, sin restricciones por clase social (acepta la compañía de heteras) o edad (tanto jóvenes como
viejos) pues concibe la filosofía como un saber práctico cuyo objetivo reside
en alcanzar la felicidad (por medio de la Ataraxia),
que es común a todas las personas. Pero mientras para Platón y Aristóteles
filosofar consistía en alcanzar la verdad (generalmente mediante la dialéctica)
y fomentaban el debate en la Academia y el Liceo, Epicuro era venerado,
rechazaba el debate y hacía que sus seguidores memorizasen su doctrina de forma
dogmática.
- Predica que la Ataraxia, el ánimo sereno e
imperturbable, es el camino a la felicidad. Incluso por encima de la Aponía (ausencia de dolor físico). Pero
luego no duda en lanzar palabras envenenadas a los filósofos rivales. A
Nausífanes lo llamó “molusco, analfabeto,
engatusador y puta”. A Platón lo llamaba “el áureo”. De Aristóteles decía que era
“un disipado, que tras haber devorado la
hacienda paterna se enroló en el ejército y vendía drogas”. A Heráclito “revolvedor”, etc. Aunque no fuera
iniciador de las disputas y sólo se estuviera defendiendo de los ataques
ajenos, ¿no sería más coherente con su filosofía ignorarlos para mantener la preciada
Ataraxia?
- Su física está
instrumentalizada: No le importa en sí misma, sólo tiene utilidad para
justificar su ética buscando evitar temores. Escoge la teoría atomista
de Demócrito, que había sido descartada por los demás filósofos, porque le da
una visión materialista (todo se compone de átomos, que se disgregan al
morir) y mecanicista (no hay intervención divina, las cosas suceden por
azar). No niego que los demás filósofos también lo hagan, pero personalmente me
supone un punto en contra para aceptarlo como doctrina válida.
- Incoherencia en la parénclesis/clinamen. Para Demócrito
los átomos se mueven en todas direcciones, pero Aristóteles lo refutó diciendo
que todo lo que tiene peso cae (movimiento hacia abajo). Si los átomos caen
paralelos jamás chocarían y nunca tendría lugar una cosmogonía. Epicuro lo
soluciona sacándose de la manga la parénclesis,
una desviación espontánea en su trayectoria, por azar. Esto es lo mismo a decir
que chocan “porque sí”. De nuevo está instrumentalizando la física y
manipulándola para no admitir la existencia de la teleología o de un “ente
ordenador del universo” como el Demiurgo de Platón.
Además no tiene en cuenta que el
puro azar puede tener el mismo efecto perturbador en el alma de la gente
que estar sujetos a los caprichos de dioses poderosos. Si tu vida depende del
puro azar no puedes dar nada por sentado, te puede pasar cualquier cosa en
cualquier momento. Con los dioses, al menos, podías intentar ganártelos
mediante oración y sacrificios o tratar de conseguir un trato favorable complaciéndoles.
- Incoherencia interna en su
física. Escoge la física atomista de Demócrito para evitar miedo a la
muerte, pues el alma está hecha de átomos que al morir simplemente se
disgregan. Según esa física todos los átomos son iguales. Pero en su afán por
primar la superioridad de los placeres del alma llega a romper con su
propia física, señalando que sus átomos son cualitativamente diferentes
de los del cuerpo.
- Se puede ver otra
racionalización en el hecho de que considera la ausencia de dolor
(tanto físico como emocional) como el Sumum
bonum o Protón agathón si tenemos
en cuenta que pasó gran parte de su vida enfermo y sufriendo dolores (de vejiga,
quizá por cálculos renales). Para el propio Epicuro tiene sentido, pero no para
un hombre sano. La ausencia de dolor sólo se aprecia cuando se está sufriendo
uno, o inmediatamente después.
- En su visión de los dioses
veo falta de arrestos. En vez de negar directamente su existencia los
"neutraliza" diciendo que han alcanzado la felicidad (Ataraxia) y por ello no tienen ningún
interés por intervenir en asuntos humanos o causarnos mal alguno. Creo que realmente
era ateo pero no se atrevió a declararlo abiertamente y recurrió a ese
subterfugio tras ver la suerte que corrió Anaxágoras y muchos otros juzgados
por asebeía.
- Sobre el temor a la muerte.
Dice que tememos que la muerte (o lo que haya después) sea mala para nosotros y
que esto es absurdo pues al dejar de existir nada puede hacernos mal. Pero no
es el único motivo: hay quien teme la muerte por la incertidumbre de que sus
seres queridos, de quienes cuida, vayan a estar bien.
- Sobre el egoísmo y
egocentrismo de su doctrina. Su ética está orientada al placer individual y
personal. Pese a los intentos de Copleston de contrarrestarlo sigo pensando que
no es excusable. La generosidad Epicuro (“es más agradable conceder un
beneficio que recibirlo”) sólo existe porque haciendo el bien a otros obtenemos
placer, nos sentimos bien con nosotros mismos. La amistad que tanto valora
también nace por interés, y aunque acabe "amando al amigo como a sí mismo"
se mantiene por el placer que aporta disfrutar en compañía de las amistades.
Incluso cuando Epicuro recomienda acatar las leyes lo hace no porque sea
incorrecto cometer una injusticia contra otro, sino porque violar las leyes y
el miedo a al castigo por hacerlo produce angustia en el alma, dificultando
alcanzar la Ataraxia.
- Por último critica que las filosofías
anteriores eran ideadas por y para una clase social ociosa, gente acomodada
que podía dedicar toda su vida a perseguir el ideal teorético del saber. Pero
él se pasa la vida en El Jardín, disfrutando de los pequeños placeres, teniendo
quizá a Idomeneo por mecenas. No le veo en posición de criticar a sus
antecesores por ello.
Es interesante la revisión que haces de Epicuro. Estoy de acuerdo en algunas cosas y en otras no tanto, pero si nos paramos a pensar un poco ¿cuántos filósofos han vivido de acuerdo a sus teorías? ¿Algún humano ha conseguido ser completamente consecuente? Eso sería la perfección, y eso no existe. La mayoría de los filósofos proponen utopías, un sitio lejano que muestra prácticamente la perfección y al que no hemos llegado, pero podemos llegar de X forma. Que no sean completamente consecuentes con su filosofía creo que no le quita valor a la calidad de su obra, porque eso tiene que ver con su carácter personal, que es intrascendente. A nadie le importa (o no debería) si un poeta fuera un maltratador pero 100 años después su obra sigue siendo una maravilla. Puedes establecer una doctrina que promueva que drogarse es malo y tú mismo ser un yonki, pero eso no quita que lo que propones sea bueno.
ResponderEliminarQuitando esto, me ha gustado mucho lo que dices, y creo que el gran fallo de la filosofía de Epicuro es que centra su visión de la felicidad en la naturaleza y que deje de lado la política, porque por ello deja de lado algo que para los seres humanos es más importante, las relaciones entre nosotros. Sólo introduce la amistad como una de las mayores virtudes y nada más. Todo este apartado que abarcaría la moral lo deja de lado, por lo que se puede decir que con Epicuro es imposible saber como relacionarnos con los demás para lograr felicidad (como reaccionar ante dilemas morales, cómo actuaría su economía de placeres ante las diferentes situaciones que se pueden dar en cualquier polis). Dejando de lado la política (placer no natural y no necesario) promueve que la gente no se queje ni proponga cambios para mejorar el poder establecido (aunque esto mismo se lo critico a los estoicos, donde el logos es el responsable de lo que ha sido, es y será) por lo que puede ser fácilmente explotada y entontecida para que no luche por sus derechos.
A pesar de todo creo que su filosofía es muy válida y aplicable, pero requeriría de una revisión o una adaptación a los tiempos modernos, pues algunos de sus fallos se presentan al menos en mi opinión a las distancia en el tiempo entre los modos de vida de la Grecia helenística y nuestro "paraíso" capitalista posmoderno-capitalista.
Antes de nada quiero aclarar que esta crítica nace de un trabajo obligatorio. Personalmente me atrae mucho su visión de la vida y la felicidad y me costó trabajo encontrar cosas que criticar de su filosofía.
ResponderEliminarSobre el vivir conforme a las propias teorías: Me parece obvio que no hacer lo que tú mismo predicas no invalida tus ideas. Ni siquiera les resta validez. Pero si alguien es consecuente le hace ganar puntos. Si propones un método para ser feliz y además "predicas con el ejemplo" estás demostrando que funciona.
¿Quién te parece, a priori, que puede tener más razón? Los políticos españoles nos recortan derechos, sanidad, educación... mientras ellos mismos viven a cuerpo de rey. Y en el otro extremo tienes al presidente José Mujica en Uruguay, diciendo que no hace falta tanto dinero para ser feliz y viviendo en una casita modesta sin ningún lujo. Como la de la mayoría de sus ciudadanos. O Pablo Iglesias criticando que la casta política vive en la opulencia y renunciando él mismo a buena parte de su sueldo como diputado. Piensa también en el cura de pueblo, que dice que el fornicio es inmoral y pecaminoso y luego te lo cruzas saliendo del puticlub tan borracho que a penas se tiene en pie.
Cuando alguien quien predica algo y hace lo contrario suele ser por obtener un beneficio personal, porque realmente no cree en ello. Puede darse el caso que tú dices, predicar algo y creer en ello pese a no ser capaz de cumplirlo. Pero incluso en ese caso ¿cómo vas a creer que lo que propone funcione si él mismo no es capaz de hacerlo?
Sin embargo cuando alguien pone en práctica sus propias teorías está demostrando que cree en sus propias ideas y, en menor medida, que funcionan.
Ejemplos de filósofos consecuentes con sus propias ideas me vienen a la cabeza dos: Thoreau creía que la autarquía era posible y que la vida moderna en sociedad algo a aborrecer y se pasó 2 años viviendo él solo en una cabaña en el bosque. O algo más cómico el de Heráclito, que contrajo una hidropesía (retención de líquidos que le hinchó) y, como despreciaba a los médicos, decidió tratarse a sí mismo con calor para evaporar el exceso de líquido. Según dicen se enterró en estiércol caliente para lograrlo, con la peste una jauría de perros no reconocieron su olor y lo devoraron vivo.
Puede que no esté de acuerdo con lo que dijeron pero, de entrada, me inspiran más respeto y sus ideas me inspiran más confianza que si no lo hubieran hecho. Hablar es muy fácil. Pero sólo con los actos se demuestra que algo funciona o que al menos crees en lo que estás diciendo.
Y pese a esas pequeñas incoherencias Epicuro vivió en El Jardín, disfrutando de los pequeños placeres con moderación. No me atrevería a decir que fue un hipócrita. De hecho yo también creo que su filosofía es muy válida y aplicable.
Gracias por leerme y comentar :)
He leído tu crítica a Epicuro y me parece interesante. Tocas todos los temas que los autores han señalado en la doctrina epicúrea. Mi interés, como tú, es que he elegido la ética de este autor como motivo de un trabajo para una asignatura de la UNED. He echado de menos que citaras las referencias de donde sacabas las críticas.
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