viernes, 15 de marzo de 2013

Sobre la incertidumbre al estudiar Filosofía

Cuando decidí embarcarme en este proyecto no pensaba que fuera a ser coser y cantar. Sabía que este hobby (seamos serios, no es un plan de futuro) iba a exigirme tiempo y esfuerzo, contaba con ello. De hecho, debido a mis manías personales, antes de empezar nada exploré todos los aspectos que se me ocurrieron, como se puede ver en el primer post de este blog.

Los obstáculos que asumí que tendría que superar venían a ser:
- Superar mi propia pereza y mi tendencia crónica a la procastinación.
- Mantener el interés en el proyecto durante más que un par de meses (lo cual sería inaudito en mí).
- Mi falta de costumbre. Hace 12 años que no hago nada "académico", que no estudio, ni hago resúmenes, exámenes, comentarios de texto...
- Mi dificultad para memorizar. Siempre me ha gustado más bien poco y se me ha dado mal.
- Mi valía como estudiante: Siempre he sido mal estudiante, quizá por todo lo anterior. Siempre aprobando por los pelos o en septiembre, repitiendo curso...
- Las dificultades puntuales que pudieran surgir a la hora de comprender algún concepto especialmente complicado (aunque esto era lo que menos me preocupaba).

Todo esto lo tenía asumido, contaba con ello. Pero al meterme en harina me topé con algo totalmente inesperado, la incertidumbre. Me explico, esperaba que se nos dieran certezas. No del estilo de "el sentido de la vida es éste" sino más bien un "sobre este tema, Platón pensaba esto, mientras que Aristóteles aquello".

Pero en filosofía eso no existe:
- En la mayor parte de los casos se han perdido los textos originales, escritos del puño y letra del filósofo. A lo sumo conservamos algunos fragmentos. De modo que se intenta reconstruír lo que pensaba a partir de lo que decían sus seguidores (que modificaban sus ideas para modernizarlas), lo que decían sus oponentes (que tergiversaban sus argumentos para difamarlo), las recopilaciones de historiadores romanos escritas siglos después...

- Además está el tema de las traducciones. Ya tiene su misterio hacer una traducción del griego clásico que sea fiable. Además de los significados de las palabras hay que tener en cuenta su cultura. Por ejemplo: Para ellos algo infinito era algo inacabado, imperfecto, pues admite añadidos y modificaciones. Por eso cuando Parménides dice que el Ser es finito y esférico parte de que es perfecto. Por ello no puede ser infinito (pues si es perfecto no puede estar inacabado) ni puede tener otra forma que la esfera, cerrada en sí misma y perfecta.
Y esto si tuviéramos los textos originales. En muchos casos lo que nos ha llegado es la traducción del griego al árabe (Averroes) y de ahí al latín en el medievo. Y del latín nuevamente al castellano. ¿Cómo vas a fiarte? ¿Cuánto del pensamiento original queda en lo que nos ha llegado?

- Y también están las diferentes interpretaciones. Los filósofos trataban con conceptos muy abstractos, complejos y difíciles de entender. Por ejemplo, me costó meses hacerme una idea aproximada de a qué se referían con "el Ser". Y su forma de explicarse no es la más clara y precisa del mundo, que digamos. Hoy en día la ciencia se basa en tecnicismos con definiciones exactas, de modo que alguien que estudia ciencia, en cualquier parte del mundo, maneja exactamente los mismos conceptos. Pero en la filosofía griega (recordemos que nuestra ciencia salió de ahí) todavía no habían "inventado" esa especialización. Casi diría que incluso hoy en día la filosofía está igual que entonces, en ese aspecto. Al manejar ideas así cada uno las entiende a su manera. Por ello tenemos interpretaciones distintas a puñados sobre cada concepto.

La filosofía es un juego del teléfono escacharrado que se inició hace más de 2.400 años.

- Por último está el que las ideas no son fijas, varían en cada autor y en cada corriente. Platón pensaba una cosa cuando era joven, otra bastante diferente de adulto, y otra distinta en sus últimos años. Ya no se puede decir que Platón pensara tal cosa porque sus ideas cambiaron a lo largo de su vida. Podríamos decir que entonces podemos centrarnos en el platonismo, como corriente filosófica, en vez de en el propio Platón, pero tenemos el mismo problema. Su escuela fue modificando lo que enseñaban a lo largo de los años, para modernizarse.
Si ya me costaba memorizar una tabla fija de conocimientos ahora esa tabla se convierte en algo que fluye. Es como intentar sacar una foto mental de algo que se mueve contínuamente. Con toda seguridad saldrá borroso, y eso es lo más a lo que puedes aspirar, a tener una imagen poco definida, una idea general, de lo que era aquello.

Como decía un compañero de clase licenciado en física: "En ciencia te enseñan que esto es así, y te dan las pruebas que lo demuestran y puedes hacer un experimento para comprobarlo por tí mismo. En cambio en filosofía todo es opinable."

Algunos dicen que Sócrates no existió realmente, que no fue más que un personaje literario creado por Platón. Sobre Platón que casi todos sus diálogos son auténticos, o ninguno excepto la República, o que absolutamente todo lo que nos ha llegado como Platón es en realidad obra de Polemón, el tercer director de la Academia en un esfuerzo por modernizar su obra para defenderla de los ataques de las escuelas rivales (llegando incluso a imitar su estilo).

Para que os hagáis una idea:

El círculo representa la realidad. La ciencia, intentando explicarla, crea una hipótesis (el triángulo). Encaja con el círculo, sus vértices se corresponden con la realidad, pero es inexacta. Pronto otro científico corrige la teoría (cuadrado) haciéndola más precisa (ahora tiene 4 puntos de unión). Con el tiempo se va perfeccionando hasta llegar una teoría aún más perfecta, en la que no se encuentran fallos (pentágono). NO equivale a la realidad, no es perfecta. Ni siquiera tenemos la certeza de que sea cierta, pero es la explicación más exacta que hemos conseguido hasta el momento.

Eso sería la ciencia y el método científico. La filosofía, en comparación, sería algo así:

Odio a Pollock

Un sindiós de opiniones diferentes. Cada una construida sobre todas las anteriores, ya sea intentando refutarlas o perfeccionarlas. Y la realidad, el círculo, directamente no aparece. En filosofía incluso se cuestiona que exista. O que sea un círculo. O que haya UN círculo, y no tantos como personas. Todo son conceptos, no hay experimentos posibles para comprobar hipótesis. Todo es opinable, nada es demostrable. No hay certeza.

Al menos esta es la forma en que yo la veo, con mi perspectiva de estudiante novato.


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