domingo, 12 de enero de 2014

Desenmascarando pseudociencias


En filosofía, al menos en la Grecia clásica, se entiende por ciencia aquel conocimiento que es verdadero, aquello de lo que se tiene certeza absoluta. Su opuesto era la opinión, que también consideran conocimiento pero superficial y posiblemente falso.

A lo largo de la historia ha habido varios casos, a menudo muy sonados, en los que alguien ha puesto a otro en su sitio demostrando que sus teorías estaban equivocadas. Voy a repasar algunos que, por su elegancia, me parecen especialmente interesantes.

1 - Zenón vs. Los pitagóricos.
En el siglo VI Pitágoras de Samos fundó una especie de secta matemático-religiosa en Atenas. Creían que todo lo que existe estaba hecho de números. Demócrito tomó esas teorías y a partir de ellas se dedicó a deducir consecuencias lógicas. Demostró que de ser ciertas el número de seres sería finito e infinito a la vez, iguales y desiguales a la vez y que ni el espacio ni el movimiento podían existir. Lo curioso es que al no poder rebatirle optaron por ignorarle.


2 - Weismann vs. Lamack
Hacia 1800 Lamarck formuló la primera teoría de la evolución. Según él los seres vivos se adaptan al medio y pasan a sus descendientes esas mejoras evolutivas. Por ejemplo un herrero desarrollaría los músculos de los brazos más de lo normal y sus hijos nacerían ya con esa fuerza. Tenía bastante sentido hasta que en una conferencia alguien le preguntó: ¿Entonces cómo explica que las mujeres sigan naciendo con el himen intacto? Finalmente Weismann postularía que la información hereditaria es de un único sentido, de los genes a las células, y nunca al revés. Aunque algún estudio reciente parece indicar que Lamarck podría tener algo de razón.


En 1972 el doctor David Rosenhan pusieron a prueba a la psiquiatría moderna. Él y ocho amigos suyos pasaron una semana sin asearse, se pusieron ropas viejas y cada uno fue a las urgencias de un hospital psiquiátrico diferente. Todos seguían el mismo guión: cuando el psiquiatra les preguntase por qué estaban allí dirían que oían voces. Y cuando quisiera saber qué les decían esas voces responderían “¡Zas!”. Si les ingresaban debían comportarse con normalidad y decir que las voces habían desaparecido.
Si la psiquiatría realmente era una ciencia debía detectar que eran impostores o, por lo menos, darles a todos el mismo diagnóstico. Pero ingresaron a todos ellos y con distintos diagnósticos, desde esquizofrenia paranoide hasta psicosis maniacodepresiva. Estuvieron ingresados entre 9 y 52 días, 19 de media, y les dieron de alta por “una buena reacción al tratamiento y una remisión de los síntomas”.
Al año siguiente Rosenhan publicó un artículo en una revista científica revelando todo el experimento. Los hospitales afectados y los psiquiatras en general se indignaron y dijeron que el experimento no era válido. Además le retaron a repetir el experimento durante los siguientes 3 meses para demostrar que no erraban. En ese tiempo detectaron a 41 impostores. Rosenhan no había enviado absolutamente a nadie.


En los años 90 el postmodernismo estaba de moda. Básicamente consistía en tomar teorías científicas y aplicarlas en humanidades. Los sociólogos usaban las paradojas de la Mecánica Cuántica y aplicaban la teoría de la Relatividad de Einstein para “demostrar” que todo es relativo. Sokal, un físico, decidió demostrar lo absurdo que era trasladar teorías científicas a humanidades (a menudo sin comprenderlas realmente) para elevarlas a categoría de ciencia. Escribió un artículo-parodia sin pies ni cabeza pero que sonaba a postmoderno y citaba a Lacan y Derrida y se lo publicaron en una revista puntera en estudios socioculturales.
Más tarde reveló el engaño levantando ampollas en todas partes.
En mi opinión no necesitaba tomarse la molestia, un tío capaz de decir que el pene erecto equivale a la raíz cuadrada de -1 ya se ha desacreditado él solo.


La homeopatía se la inventó Samuel Hahnemann hacia el 1800. Su premisa fundamental es que “lo similar cura lo similar” (teoría anterior a la medicina moderna) y nace de la comprobación de que la quinina (usada entonces para tratar la malaria) provocaba los mismo síntomas que la enfermedad.
A esto le añaden que el agua tiene memoria, y si está en contacto con un químico retiene sus cualidades (lo cual también se ha desmentido científicamente).
La homeopatía consiste en tomar una gota de un químico que provoque los síntomas deseados, diluirla en una bañera llena de agua, tomar una gota de la bañera y diluirla en otra y repetir el proceso varias veces. Supuestamente cuanto más diluida esté más efectiva es. En la practica los “medicamentos” homeopáticos son pastillas de azúcar con una gota de agua, que no contiene ni una molécula del químico original.
James Randi lleva décadas demostrando que la parapsicología, homeopatía y otras pseudociencias son totalmente falsas. De hecho desde 1996 ofrece un premio de un millón de dólares a quien consiga demostrar científicamente que un hecho paranormal existe realmente.

La demostración más efectiva de Randi contra la homeopatía consiste en tomarse una tableta entera de somníferos homeopáticos. Él y miles de escépticos se han “suicidado” cientos de veces en directo de esta manera. Suerte que no eran somníferos de verdad.

3 comentarios:

  1. nuevamente gracias por la tan valiosa informacion que nos conparte. me sirvio mucho para dar forma ha algunos temas filosoficos que estaban sueltos en mi mente. quiciera saber cual es el metodo de estudio que utilizan en la uned o que voz utilizas. Mi manera de estudiar filosofía basicamente es resumir lo que nos ofrece los libros (Copleston,Hirschberger, etc) para despues sacar la esencia del pensamiento de X filosofo. Me gustaria que nos compartiera cual es el metodo para estudiar apropiadamente filosofía. GRACIAS

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  2. Saludos, Diego.
    Sobre el método de enseñanza de la UNED y el que considero ideal ya hablé en este post:
    http://miproyectofilosofico.blogspot.com.es/2013/02/sobre-el-sistema-de-educacion-distancia.html
    Sobre mi método de aprendizaje en este otro:
    http://miproyectofilosofico.blogspot.com.es/2012/08/para-mi-el-proceso-de-estudio-ideal-al.html
    Es el que aplico cuando el libro de texto me basta. Si no es el caso me veo obligado a buscar fuentes alternativas y aplicar el proceso a todas a la vez, condensándolas en mi propio resumen.

    Últimamente me ha dado por pensar que el ideal sería que a principio de curso nos dieran 2 listas. Una con los conocimientos a adquirir (un esquema sin datos, quizá una lista de preguntas que deberíamos saber contestar) y otra de bibliografía recomendada de la que sacar la información. Y de ahí que cada uno se vaya haciendo su propio resumen/libro de texto.

    Y por último sobre este tema tengo un pequeño debate interno. Te podré un ejemplo: ¿es mejor estudiar a profesores explicándome a Platón o directamente a Platón? He comprobado que por mi mismo no soy capaz de entender plenamente todo lo que se puede sacar de un filósofo, leyendo un libro de texto entiendo y aprendo mucho más. Sin embargo me quedo con la sensación de no haber aprendido Platón sino “Platón explicado por X”, la versión de alguien de lo que quería decir Platón. Supongo que el ideal sería combinar ambas, leer a los autores originales y un puñado de estudiosos explicándotelos para poder hacerte una idea completa. Pero en la universidad es materialmente imposible por falta de tiempo.

    Un saludo.

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  3. Gracias Mikel por tu respuesta, me pondre en la tarea de estudiar estos dos metodos y así determinar cual me sera más favorable para mi pequeño estudio de filosofía. Lo apoyo en la manera de estudiar un filósofo, es de igual importancia estudiar las propias obras de determinado pensador, como las obras de investigación. Aunque muy poco lo utilizo en mi estudio ya que hasta el momento no me estoy profundizando demasiado, es ideal para una buena comprencion apropiada de algun tema filosofico.

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