miércoles, 15 de mayo de 2013

Escépticos: Apuntes y trabajo opcional

Aquí os dejo Mis apuntes de los escépticos y el PEC (que también he subido a internet). Sí, el día mismo de la primera convocatoria del examen.



Críticas al escepticismo
             Antes de comenzar debo señalar que no resulta fácil hacer una crítica al escepticismo. Primero porque a duras penas se le podría considerar un sistema filosófico. No crea una doctrina, no construye un sistema, no cimenta teorías con argumentos. Se limita a poner en duda los sistemas de otros (principalmente estoicos) y por ello no hay gran cosa que refutar.
             Y segundo porque he de reconocer que mi opinión coincide bastante con la suya.
             En cualquier caso trataré de poner en duda su punto de vista de cuantas formas me sea posible, un poco al modo de la antilogía que valió a Carnéades su expulsión de Roma.

             Una de las críticas más comunes al escepticismo es, irónicamente, la de tacharles de dogmáticos.
Efectivamente decir que no nos es posible conocer la realidad de forma nouménica (en sí misma), más allá de nuestras propias  percepciones (phenómena), es de por sí una afirmación categórica y dogmática. Sin embargo los escépticos se guardaban bien de caer en semejante contradicción, quienes negaban la posibilidad de obtener conocimiento real eran los cirenaicos con la akataléxia. Un escéptico aceptaría la posibilidad de obtener conocimiento real pero puntualizaría que pese a lo que le indican sus percepciones, por muy evidentes (katalépticas) que sean, únicamente puede afirmar que a él le parecen ciertas.
             El único texto en el que defienden la postura akataléxica es el fragmento de Timón, pero sabemos que fue escrito por el peripatético Aristocles con intención crítica y polémica por lo que es muy probable que se trate de una reducción al absurdo (o directamente falsedad) para desacreditarlos.
            
             En la misma línea se les puede echar en cara el considerar que la suspensión del juicio (epokhé) y el no afirmar ni negar (silencio, aphasía) llevan a la ataraxia, que a su vez identifican con la felicidad. Para empezar: que la ataraxia equivalga a la felicidad (o conduzca a ella) es muy discutible. Hay que tener en cuenta que para ellos es algo cultural, se debe al contexto histórico que vivieron (la ruptura del imperio de Alejandro, el desmoronamiento del status quo ateniense, el alejamiento de la política a la ciudadanía, etc.) y prueba de ello es que tanto los epicúreos como los estoicos compartían esa visión. Sin embargo están negando cualquier otro tipo de felicidad.
             Además como camino a la ataraxia defienden la epokhé, al parecer ignorando las vías propuestas por las otras escuelas (disfrutar de los pequeños placeres de la vida con moderación y someterse al destino/alma del mundo/dios que era el Logos). Así que parece que para los escépticos es el único modo de ser feliz.
             En su defensa puedo recalcar que el escepticismo estaba orientado a la práctica, a la epistemología, siendo la parte ética más accesoria o anecdótica (precisamente porque no construyen todo un sistema, como hicieron las otras escuelas, para fundamentarla). Y también que al decir que lo consideran la única vía a la felicidad me estoy basando más en una intuición, en la sensación personal que tengo tras haberlos estudiado. Lo cierto es que ni Pirrón ni Acesilao escribieron nada y que todas las obras de Timón y Carnéades se han perdido. Bien podría ser que en este punto esté equivocado y su postura fuera diferente.

             Otra crítica, con la que estoy más de acuerdo, sería que los escépticos radicales (“rústicos”, en palabras de Galeno) como Pirrón y Timón consideraban que todas las teorías epistemológicas eran equipotentes y se anulaban entre sí, de ahí que lo más coherente fuera la epokhé. ¿Pero realmente todos los argumentos son equipotentes? No lo veo tan claro. Siempre habrá unos más sólidos que otros.
             Los escépticos moderados (los académicos Arcesilao y Carnéades) sí que admiten que algunas representaciones son más razonables o plausibles que otras para resolver el problema de la acción (cada acto conlleva una decisión y cada decisión conlleva un juicio entre varias opciones. La epokhé, la suspensión del juicio, implicaría no ejecutar ninguna acción en absoluto). Pero parece que se quedan ahí, en las representaciones. No me consta que rechacen o se cuestionen si los argumentos de las otras escuelas filosóficas eran o no equipotentes.

             Por último se les puede recriminar que optaran por el camino fácil al no construir un sistema y limitarse a atacar (especialmente) a los estoicos. Siempre resultará más sencillo y cómodo refutar ideas ajenas que cimentar las propias.
             Estoy parcialmente de acuerdo con esta objeción. A favor señalaré que lo mismo se podía decir de Zenón (el presocrático de Elea, no el estoico Zenón de Citio). Se limitó a adoptar la postura de su maestro/amante Parménides y se ensañó con las teorías de las otras escuelas (especialmente pitagóricos), desmontándolas en sus epiqueremas con deducciones ad absurdum. Y sin embargo nadie en su sano juicio diría que no contribuyó al desarrollo de la filosofía. Al contrario; los pitagóricos tuvieron que renovar y actualizar su doctrina y todos los demás empezaron a hilar más fino a la hora de crear sus teorías. Como resultado todas las escuelas filosóficas salieron fortalecidas y ganaron en coherencia interna. Del mismo modo los escépticos han contribuido a que no se hagan afirmaciones a la ligera (si bien es cierto que históricamente siempre ha resultado más fácil ignorarlos).
             Y en contra de esta última crítica debo admitir que sí, podían haber contribuido más. Si Carnéades o sus sucesores hubieran roto también con la equipotencia de los argumentos de las teorías científicas y filosóficas podrían haber llegado así a un equivalente a nuestro sistema científico, que admite que unas teorías son más fiables que otras pero sigue siendo escéptico en lo tocante a si se corresponden perfectamente con la realidad. Existen métodos para valorar la verosimilitud o probabilidad de una teoría, del mismo modo que hacía Carnéades con las representaciones. Por citar algunos estaría la comprobación de la lógica interna (aunque tras Zenón de Elea, Aristóteles y Crispo quizás ya no había mucho que desarrollar en el campo de la lógica), la navaja de Occam, la carga de la prueba (que recae en quien afirma algo), los diferentes tipos de falacias…

             Tenían camino por recorrer manteniéndose fieles a la duda escéptica y no lo aprovecharon. Todo el sistema científico moderno para obtener conocimiento es buena muestra de ello.

domingo, 12 de mayo de 2013